El 5 de mayo era (y todavía es) el tango no sekku o Día de los niños varones, la tercera de las cinco festividades estacionales llamadas gosekkuen Japón, que también recibía el nombre de shōbu no sekku debido a que era tradicional beber durante dicha fiesta licor de lirio (shōbu).
Esta festividad es de procedencia china y se desarrolló como un ritual de purificación ya que se creía que el quinto mes del año era malo y que el quinto día de mayo era particularmente adverso.
Según el antiguo calendario japonés, el mes de mayo recibía el nombre de satsuki o rododendro. Otros nombres que recibe este mes son ugetsu o “el mes de las lluvias” (aunque hoy en día esto es más cierto en junio, realmente) o sanaezuki, “el mes de los plantones de arroz”. De la tradición de beber licor de lirio, también recibe el nombre de ayamezuki.
No se sabe a ciencia cierta cuándo empezó a celebrarse esta festividad para los niños en Japón, pero se sabe que fue durante el periodo Nara cuando el quinto día del quinto mes pasó a ser la fecha escogida.
Sin embargo, no fue hasta el año 1948 que el 5 de mayo fue declarado festividad nacional para celebrar la salud y el crecimiento de todos los niños y niñas (y es que el
Día de las niñas no es fiesta nacional) y expresar también gratitud a las madres, renombrándose como
kodomo no hi, festividad de la que os hemos hablado aquí.
Eso sí, a pesar de todo esto, muchas de las tradiciones y decoraciones de este día siguen reflejando las de la antigua fiesta, cuando sólo la celebraban los niños varones, y sigue siendo una fiesta eminentemente para niños.
En el interior de las casas, las familias con hijos varones colocan un
conjunto de muñecos, de forma parecida a lo que se realiza en el Día de las niñas, en el que están representados guerreros feudales (
Minamoto no Yoshitsune,
Kiyomasa Katō), protagonistas de cuentos infantiles (
Kintarō, el nombre de niñez de
Sakata no Kintoki, un héroe del periodo Heian,
Momotarō) y la deidad china
Shōki (Zhong Kui), así como miniaturas de armaduras y yelmos japoneses. Este conjunto recibe el nombre de
go-gatsu ningyō o muñecos de mayo.
En la época de apogeo de los samuráis, los yelmos y armaduras se decoraban de forma especial en este día para los jóvenes que iban a la guerra, ya que se consideraban como los instrumentos más importantes en batalla y así, se suponía que se les infundía coraje y valor para los combates que se avecinaban.
Por otro lado, y en el exterior de las casas, se cuelgan banderolas con forma de carpa koinobori para desearles a los niños suerte en su futuro. Las carpas representan la fuerza, ya que los japoneses admiran la destreza de las carpas para subir los ríos contra la corriente.
La tradición de colocar estas banderolas data del periodo Edo y en sus orígenes sólo se colocaba una carpa grande de color negro o
magoique representaba al padre, pero desde el periodo Meiji se empezó a colocar otra carpa de color rojo algo más pequeña, llamada
higoi, que representaba al primogénito, aunque hoy en día muchos prefieren verla como una representación de la madre, y desde la era Shōwa se añadieron otras de color azul y verde más pequeñas, que representan a los hijos.
Una nueva banderola se añade, además, cada vez que nace un nuevo hijo en la familia.
Revisa el siguiente video para saber más sobre el Kodomo no hi
Fuente: https://japonismo.com/blog/mayo-el-mes-del-kodomo-no-hi